Ir al contenido principal

Your personal Jesus

"Oh, Lucille, won't you do your sister's will?
Well, you ran away and left, I love you still.
I slaved for you, baby, and gave you such a wonderful start.
(...) I been good to you, baby, please, don't leave me alone."


No voy a contar la historia, que para eso ya está la canción, Como aprendi de Ismael Serrano: Vamos a contar mentiras.


Ya es Domigo de puente y suena de fondo "Ya ves.." Y viendo que no me preocupan ni la hora ni el lugar desde donde escribo y  que suelo caer en esto de escribir por si alguien a lo lejos me escucha.



Keep On Reading..

Comentarios

  1. tus palabras me hacen echarte aun mas de menos !

    eres preciosa ! y siempre estare aqui escuchandote :)

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Via da te

Como en InuYasha, sus ojos ya no eran verdes. Habíamos llegado al punto de no retorno donde todo se ve claro y humanamente triste.  Una cena sin vino, una luz oscura. Silencio. Cruza mi mente un recuerdo antiguo de cuando sus abrazos se sentían ligeros como su alma, libre de cargas. Pero sobre la mesa aquella tarde había una moneda con dos caras y un elefante en la habitación.  Dilo ahora, y todo será más fácil, dijo; y a partir de ese instante su olor comenzó a sentirse lejano y algo desagradable. Lejano y pesado. Ciertamente éramos como gato y ratón, pero aprendí a quererle, o eso pensaba. Crianza consciente de su niño interior a la que debí renunciar hace tiempo.  'Pero te quiere de verdad, y bonito'; me repetía a mi misma cuando no nos encontrábamos aún estando juntos en la misma habitación. Y esa noche escuché como mi inteligencia insultaba. Narciso en la habitación. También vi marchar mi esperanza en aquella relación. Duele saber que alguien se enamoró de ti cuando eras l

Jesús

Hablaba con mi amigo Rafa cuando apareciste por allí. Esperabas a un amigo, pero se que tu presencia respondía a un acto psicomágico entre el destino y mi perseverancia nocturna de pensarte. Llegaste y mi cara cambio por completo. No podía creer en la absurda idea de que la persona que hacía semanas no podía sacar de mi mente estaba justo frente a mi, distraído y buscado una mesa donde sentarse en aquella cafetería costera de mi barrio. -¿Que pasa? -preguntó mi acompañante al ver que me ponía nerviosa sin ninguna razón aparente. - Creo que el chico que tienes detrás…- quise contestar, pero te habías dado la vuelta y no pude más que levantarme y saludar.  Benditos los hombres que aún usan perfume ¡Que maravilloso olor! Pensaba mientras te robaba un abrazo, tan difícil en estos tiempos pandémicos. Te invité a sentarte, pero declinaste la oferta.  Espero que algún día, próximamente, sea yo quien me tropiece con un viejo conocido del instituto, mientras busco una mesa para tomar algo, esta