Aquello no era un juego normal.
Los adultos no suelen saber cuando se gana y cuando se pierde.
Más bien dicho, los adultos dicen que jugar a este tipo de cosas está destinado al fracaso.
¿Es acaso más sencillo jugar cuando las reglas son, en esencia, la carne contra los huesos?
¿Es la norma del sexo, la más fácil de interpretar?
¿Es por eso que cueste descifrar todo aquello que va más allá?
No me niego a vivir, ni sus virtudes, aunque éstas no siempre se rindan ante mis ojos.
Me permito solo sentir el mismo espacio, el mismo tiempo.
Me permito solo fluir en el lugar donde me miro en tu espejo y aprehendo.
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